El verano está caracterizado por tener los días más largos y los rayos solares con menor inclinación, por lo que las temperaturas son las más altas del año. El término verano suele emplearse como sinónimo de estación seca, es decir, que no tiene una connotación térmica ya que se presenta en la época de sol bajo y con las temperaturas menos elevadas, sino pluviométrica, con los montos de precipitaciones generalmente más bajos que en el resto del año.