Os parecerá un poco fuerte el título de este comentario pero realmente un chico, con un bote de pintura en la mano, que se dedique a marranear de manera obsesiva cualquier espacio que se le ponga delante, da autentico terror. Soy una persona a la que le gusta de un modo especial el arte, de hecho llevo muchos años haciendo cosas relacionadas con el tema, pero entiendo que pintarrajear los espácios públicos como si fuesen un vater de instituto no tiene nada de artistico. Esta nueva moda que ya lleva tiempo destrozando el patrimonio sin el menor pudor tiene su principal representante en el adolescente de medio pelo que a fuerza de no dar un palo al agua y tener todo el tiempo del mundo se dedica a romper el mobiliário urbano y "decorarnos" la ciudad mientras berrea por las noches con una litrona en una mano y el dichoso spray en la otra.
No quiero meter en este saco a verdaderos artistas del graffitti como es por ejemplo " el niño de las pinturas" y otros compañeros que suelen hacer sus obras en tapias, muros de colegios y recientemente , decorando garajes. Esta es una manera genial de sacarse un dinerillo y dar rienda a su creatividad llenando de luz y color esos muros tan lóbregos . También, ultimamente,
se observan creaciones de estos artistas en las persianas de los comercios, algo que viene a ser un salvoconducto ante el cochino de turno.
Lo que no se puede consentir de ninguna manera son los atentados al patrimonio de las ciudades, aqui yo impondría penas pecunarias importantes y sobre todo, les vestiría con un mono
una buene bayeta y disolvente y a limpiar. Pero a limpiar a base de bien, así los ayuntamientos evitarian un gasto importante (gasto que pagamos todos) y estos elementos aprenderían lo que vale un peine y se lo pensarían un par de veces antes de volver a hacerlo.
carmen robles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario